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Cómo alimentarnos según el tipo de trabajo

Trabajos con horarios especiales

Recomendaciones dietéticas

La alternancia en los horarios de trabajo, o la actividad laboral en horarios anormales, como por ejemplo, los trabajadores en turno de noche, produce diversas molestias. El trabajo nocturno es un claro exponente de un estilo de vida socialmente determinado. No es sólo un factor de riesgo laboral, si no que condiciona, además, gran parte de la actividad extra laboral de las personas.

En los trabajadores de turno de noche es frecuente que se produzcan manifestaciones inmediatas, que son trastornos sin importancia aparente, como irritabilidad, humor cambiante, estreñimiento, falta de apetito, dificultades para conciliar el sueño, fatiga, estrés y una alimentación inadecuada. Estas alteraciones de salud encuentran explicación en el hecho de que los factores sociales tienen una influencia dominante como “sincronizadores”, que no coincide con los periodos de trabajo. El trabajador nocturno está sometido a la presión de adaptarse, por un lado a los horarios sociales –familia, comida, tiempo de esparcimiento, entre otros-, por otro, a los de su ritmo circadiano –temperatura, vigilia, hormonas, tensión arterial, pulso, etc.- y finalmente, a los de sus tareas laborales. Está comprobado que el trabajador generalmente opta por las sincronizaciones sociales, con lo cual nunca logra adaptar su ritmo circadiano a los horarios de trabajo.

Con ello mantiene un desajuste permanente, con repercusiones desfavorables para su salud.

Ritmos circadianos. Funciones corporales que aumentan de día y disminuyen de noche:

• Temperatura

• Presión sanguínea o tensión arterial

• Capacidad respiratoria

• Secreción de adrenalina

• Secreción de ciertas hormonas

• Capacidades mentales

• Capacidad física

El ritmo más frecuente en la industria, es el turno variable o rotatorio, denominado 3 por 8, dado que numerosas empresas, especialmente las químicas y siderúrgicas, trabajan en régimen continuo. Esta fórmula impone a los trabajadores cambios de ritmo a los que su organismo no tiene tiempo de adaptarse, sobre todo si los horarios cambian de una semana a otra como suele suceder habitualmente.

RECOMENDACIONES DIETÉTICAS

Los trabajadores nocturnos, a la falta de comedores de empresa abiertos a media noche, los alimentos que consumen en este horario son a menudo bocadillos de embutidos o tortillas u otros alimentos generalmente muy grasos, acompañados de bebidas excitantes tipo cola y cafés. Esto hace que la alimentación sea desequilibrada y por tanto, repercute negativamente en la salud y capacidad laboral de la persona.

La opción más acertada, es la de llevar al trabajo, por ejemplo, una fiambrera de doble capacidad, en la que se pueda incluir un plato de ensalada completa o de verdura cocida y un segundo, de carne o pescado o huevo con una guarnición vegetal o una salsa poco grasa, además de pan y fruta o un lácteo sencillo como postre.

En aquellos trabajos de horarios rotativos, se deben respetar los ritmos circadianos y olvidarse de intentar ajustarse a la distribución de comidas convencional, de este modo el cuerpo se mantendrá en mejores condiciones y la dieta será mucho más adecuada.