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Cómo alimentarnos según nuestra edad

Embarazo

Alimentación de la mujer gestante en situaciones especiales

Llamamos molestias comunes del embarazo a una serie de síntomas y signos que, sin constituir una afección específica, frecuentemente acompañan o se exacerban durante el embarazo. Náuseas, vómitos, acidez o pirosis y estreñimiento son algunas de ellas, donde, una alimentación adecuada, con frecuencia evita el uso de medicamentos.

NÁUSEAS Y VÓMITOS

El 90 % de las embarazadas presentan náuseas y un 60 % además vomitan. Se notan los primeros síntomas a los pocos días de identificarse el retraso menstrual, pero, aunque las náuseas pueden mantenerse hasta el final de la gestación, los vómitos suelen desaparecer a las dieciséis o veinte semanas. Es más frecuente que se produzcan por las mañanas en ayunas, aunque pueden ocurrir a cualquier hora del día, sobre todo cuando se siente hambre o cansancio y también pueden desencadenarse por el olor de algunos alimentos.

Su origen se relaciona con el súbito aumento en sangre de ciertas hormonas, en concreto, de estrógenos y gonadotropina coriónica.

Si los vómitos y náuseas son intensos (hiperemesis gravídica), pueden provocar deshidratación, pérdida de peso y ciertos trastornos metabólicos. En este caso, el médico la examinará para asegurarse de que el embarazo progresa con normalidad. Las náuseas y los vómitos moderados, aunque molestos, no suelen presentar ningún riesgo para la salud de la madre o la del bebé.

El tratamiento dietético

El primer objetivo debe ser la reposición de líquidos y electrolitos adecuada a las pérdidas por los vómitos, con cantidades apropiadas de sodio, cloruro, bicarbonato, glucosa y agua, que se administrarán hasta que se hayan controlado los vómitos. Esta combinación de sustancias se denomina suero oral y puede adquirirse en farmacias o elaborarse en casa respetando las siguientes cantidades: 1 litro de agua hervida, zumo de 1 ó 2 limones (dependerá del tamaño), 2 cucharadas soperas rasas de azúcar, 2 cucharas de postre de bicarbonato y 1 de sal.

• Tome algo antes de levantarse. Esto inicia los procesos de digestión que reducirán el exceso de acidez del estómago y aminorarán las náuseas. Para ello, tenga en la mesilla de noche o a mano unas galletas, biscotes o cereales de desayuno (los alimentos pastosos o secos se toleran mejor)

• Tome un desayuno ligero por la mañana, y hágalo siempre después de que la náusea disminuya.

• Evite beber agua o zumos ácidos en ayunas.

• No tome bebidas o sopa con las comidas, pero asegúrese de tomar bastantes líquidos entre comidas, sobre todo si vomita. Los zumos son fáciles digerir y suministrarán algunos hidratos de carbono que necesita si tiene dificultad para retener los alimentos. Los líquidos fríos se toleran mejor. Si toma bebidas gaseosas, espere siempre a que se disipen todas las burbujas.

• Realice comidas ligeras, frecuentes y de pequeño volumen; 5 ó 6 tomas diarias, cada 2 ó 3 horas para evitar la sobrecarga del estómago y mejorar las molestias digestivas.

• Los alimentos ricos en hidratos de carbono complejos (almidón) como el pan, biscotes, patatas, arroz, pasta y legumbres han de comerse regularmente ya que ayudan a mantener un nivel adecuado de azúcar (glucosa) en la sangre, llenan el estómago y alivian el malestar.

• Evite los dulces y los alimentos o comidas excesivamente grasas, picantes o condimentadas. La preparación y condimentación de los platos ha de ser suave, sin olores fuertes ya que pueden acentuar las náuseas y los vómitos. Así mismo, se toleran mejor los alimentos fríos que calientes, hervidos o al vapor que fritos; porque desprenden menos olor. Cocine con ventanas abiertas, para disipar el olor.

• Limite el café ya que estimula la secreción ácida por el estómago. Aún el olor a café puede tener este efecto.

Otras medidas que ayudan:

• Haga un poco de ejercicio diario al aire libre.

• Repose 15-20 minutos después de cada comida.

• No tome medicamentos sin antes consultar al médico.

• No fume. Fumar aumenta la secreción de ácido del estómago, la cual causa náusea.

ACIDEZ O PIRÓSIS “ARDORES”

La acidez ocurre cuando la válvula o esfínter que separa el estómago del esófago, llamado cardias, se relaja. El esófago es el conducto que lleva los alimentos y los líquidos ingeridos desde la boca y faringe hasta el estómago. El estómago produce secreciones ácidas cada día con el fin de ayudar en la digestión de los alimentos. Normalmente, una pequeña cantidad de ácido pasa del estómago hacia el esófago a través del cardias. Cuando el jugo ácido del estómago (jugo gástrico) y las enzimas digestivas refluyen de manera repetida hacia el esófago (reflujo gastroesofágico), se produce acidez (pirosis) y el esófago se irrita, e incluso puede llegar a inflamarse. Algunas veces se regurgita un líquido que deja un sabor ácido o amargo muy desagradable en la boca. Estos síntomas pueden durar más de 2 horas y frecuentemente se acentúa después de las comidas y se agrava con la posición de decúbito (recostado o tumbado).

Esta situación más o menos molesta es un síntoma común que ocurre en más del 50% de las gestantes, y puede comenzar al tercer mes de gestación, pero su incidencia es mayor en el tercer trimestre, debido en parte, a la mayor presión del útero (aumentado por el crecimiento del bebé), sobre el estómago; y también, por acción de la progesterona, cuyos niveles se incrementan en el embarazo, que relaja el músculo del cardias y retarda el vaciado del estómago al intestino.

Modificaciones en la dieta y en el estilo de vida

• Realice comidas ligeras, frecuentes y poco copiosas, distribuyendo la alimentación en 4 ó 6 tomas y respetando cada día los horarios y el número de tomas.

• Relájese y coma despacio.

• Evite alimentos que pueden irritar la superficie del esófago dañada como ciertos condimentos y especias (vinagre, pimienta), frutas cítricas (naranja, mandarina, pomelo, limón) y sus zumos, platos con tomate o salsa de tomate (aumentan la acidez del estómago y empeoran los síntomas)

• Prescinda de aquellos alimentos que retrasan el vaciado gástrico como bebidas alcohólicas, bebidas carbonatadas (con gas), café, té, chocolate y alimentos o preparaciones grasas (fritos, estofados o guisos grasos), y las infusiones de menta que relajan el esfínter y favorecen el reflujo.

• Si una comida específica le molesta, evítela hasta después del parto.

• Consuma líquidos entre las comidas y no durante las mismas, con el fin de no aumentar el volumen del estómago.

• Evite la posición de decúbito después de las comidas. Espere a tumbarse unas 2 horas después de comer.

• Camine un poco para ayudar a que el jugo gástrico fluya hacia abajo ayudado por la gravedad.

• Use ropa confortable no ajustada, sin cinturones.

• Trate de no agacharse frecuentemente, en especial, después de las comidas.

• Eleve la cabecera de la cama de 10 a 15 centímetros, de tal manera que la inclinación ayude a mantener el jugo gástrico en el estómago.

En caso de que no sea suficiente con estas medidas, consulte con su médico antes de tomar un antiácido (bicarbonato de sodio, antiácidos de magnesio, etc.), ya que pueden estar contraindicados según la evolución del embarazo.

ESTREÑIMIENTO

El estreñimiento o constipación es muy frecuente durante el embarazo. La embarazada está predispuesta al estreñimiento por la disminución del tono muscular del colon (parte del intestino grueso), debido a los niveles de progesterona circulantes, y al efecto de compresión que ejerce el útero aumentado de tamaño.

Constituye una molestia tanto psíquica (no es infrecuente que la gestante refiera sentirse "mal" por pasar varios días sin evacuar), como física, ya que es un determinante en el aumento de la incidencia de hemorroides (inflamación de las venas alrededor del ano) y sus complicaciones durante el embarazo.

El manejo inicial se basa en medidas generales de tipo profiláctico, haciendo hincapié en el consumo de alimentos ricos en fibra.

Medidas higiénico - dietéticas profilácticas:

• Ingiera abundantes líquidos: 8 vasos de agua al día u otras bebidas (infusiones, zumos, caldos…) Comience el día tomando un vaso de agua templada o un zumo de frutas antes de desayunar. Las bebidas tibias o calientes en ayunas favorecen el movimiento intestinal.

• Incremente, si cabe, el consumo de fibra. La fibra aumenta el tamaño del bolo fecal, produciendo evacuaciones más a menudo. Todos los vegetales tienen fibra: frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y derivados. Las frutas desecadas, tienen más cantidad de fibra por unidad de peso (ciruelas pasas, higos, uvas), pero también son más concentradas en calorías.

• Si ingieren salvado (de trigo o avena, ésta última más suave) como complemento o alternativa a la ingesta de alimentos ricos en fibra, debe acompañarlo de abundantes líquidos, ya que en caso contrario, puede provocar el efecto inverso y acentuar el estreñimiento.

• Tome diariamente yogures ya que contiene microorganismos que regulan la flora intestinal.

• Acostumbre a su organismo a evacuar a una hora fija al día.

• El ejercicio diario es fundamental: camine al menos una hora cada día.

Además de las recomendaciones indicadas para combatir el estreñimiento, las que siguen le pueden ayudar a paliar las molestias ocasionadas por las hemorroides:

• Coma poco pero a menudo.

• Rehuse de las comidas picantes.

• No tome excitantes, cola, café o té.

• No esté mucho tiempo sentada.

• Tome baños con agua fría de asiento por las noches antes de acostarse.

• No utilice medicamentos laxantes o cremas antihemorroidales sin consultarlo con su especialista.