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Cómo alimentarnos según nuestra edad

Personas de más de 60 años

Alimentación en situaciones especiales

Existen determinadas situaciones que son relativamente frecuentes a estas edades y requieren especial atención. No obstante, siguiendo unas sencillas pautas dietéticas, se puede conseguir una mayor sensación de bienestar y restablecer un óptimo estado nutritivo.:

Pero antes de profundizar en el contenido de este apartado, merece especial atención describir un breve cuestionario de gran utilidad práctica, que permite cuantificar si existe o no riesgo de malnutrición.:

CUESTIONARIO “CONOZCA SU SALUD NUTRICIONAL”

Una de las escalas más sencilla, propuesta para su utilización en personas mayores, es el presente cuestionario; un formulario de valoración desarrollado y distribuido por la Nutritional Screening Initiative (NSI) que comenzó a difundirse en 1990 en respuesta a los objetivos del programa Healthy People 2000 y que en la actualidad es utilizado de forma generalizada por numerosos equipos de atención primaria. Se utiliza frecuentemente con personas mayores de las que se sospecha puede haber riesgo de malnutrición.:

Contiene 10 preguntas referidas a la cantidad y el tipo de alimentos que integran la dieta cotidiana, a las limitaciones para la compra o preparación de la misma e incluye el consumo de medicamentos y la presencia de ganancia o pérdida involuntaria de peso teniendo en cuenta el tiempo en el que se produce.:

Si los vómitos y náuseas son intensos (hiperemesis gravídica), pueden provocar deshidratación, pérdida de peso y ciertos trastornos metabólicos. En este caso, el médico la examinará para asegurarse de que el mayores progresa con normalidad. Las náuseas y los vómitos moderados, aunque molestos, no suelen presentar ningún riesgo para la salud de la madre o la del bebé.:

La puntuación obtenida permite cuantificar si existe o no una situación de riesgo nutricional.:

Sólo puntúa la afirmación "Sí":

1 He tenido una enfermedad o afección que me ha hecho cambiar el tipo y/o la cantidad de alimento que como (Sí= 2 puntos):

2 Tomo menos de dos comidas al día (Sí= 3 puntos):

3 Como poca fruta, vegetales o productos lácteos (Sí=2 puntos):

4 Tomo más de tres vasos de cerveza, licor o vino, casi a diario (Sí= 2 puntos):

5 Tengo problemas dentales que hacen difícil comer (Sí= 2 puntos).:

6 No siempre tengo suficiente dinero para comprar la comida que necesito (Sí= 4 puntos):

7 La mayoría de las veces como solo (Sí= 1 puntos):

8 Tomo a diario tres o más fármacos recetados o decididos por mi cuenta (Sí= 1 puntos):

9 Sin quererlo, he perdido o ganado 5 kg de peso en los últimos seis meses (Sí= 2 puntos):

10 No siempre puede comprar, cocinar y/o comer por mí mismo por problemas físicos (Sí= 2 puntos):

Si la puntuación total es:

0 a 2 : Bueno: Evaluar de nuevo la puntuación en seis meses.:

3 a 5 : Riesgo moderado: Tomo menos de dos comidas al día (Sí= 3 puntos):

Más de 6 : Riesgo alto: Lleve el cuestionario a su médico, especialista en dietética u otro profesional de salud cualificado y pida ayuda para mejorar su estado nutritivo.:

DESNUTRICIÓN

Cuando las necesidades de energía y nutrientes del organismo no son cubiertas mediante los alimentos que tomamos aparece la desnutrición. Una de sus manifestaciones más evidentes es la pérdida significativa de peso, debido a un aporte insuficiente de proteínas (carnes, pescados, huevos, leche y derivados…) o de energía (cereales, féculas, legumbres y grasas). También influyen factores individuales como la medicación y factores psicológicos (estado de ánimo), que hacen que se rechacen ciertos alimentos indispensables o que no se coma lo que se tiene que comer.

• Orientaciones dietéticas:

- Aumentar el consumo de alimentos de alto valor energético (aceites, mantequilla o margarina, nata, cereales, patatas, legumbres, frutos secos….).

- Aumentar el consumo de alimentos ricos en proteínas (carnes y aves, pescado, huevos, lácteos…).

- Evitar los productos desnatados, "light" o "bajos en calorías".

- Evitar alimentos que “llenan” y aportan escaso valor nutritivo (caldos, ensaladas, infusiones…).

- Fraccionar la dieta en 4 ó 6 tomas al día, reduciendo el volumen de cada toma, para evitar la sensación de llenado rápido.

• Consejos para aumentar las calorías de los platos:

- A sopas, consomés, cremas y purés, añadir: queso rallado, leche entera y/o en polvo, nata líquida, aceites, margarina o mantequilla, pan frito, legumbres, arroz, carne picada, embutidos troceados, huevo, etc.

- Añadir a las verduras y ensaladas: queso, huevo duro, mayonesa, atún, frutos secos, pasas, aceitunas, aguacate, patata, arroz, pasta, legumbres, etc. Emplear con las verduras sofritos, bechamel, salsas, etc.

• Alimentos de poco volumen y gran aporte energético:

- Galletas tipo maría o tostadas con: membrillo y queso magro, mantequilla o margarina y azúcar o mermelada o miel, etc.

• Bebidas o batidos ricos en calorías y proteínas de fácil preparación:

- Leche con helado, yogur con fruta y galletas, etc.

- En caso necesario, recurrir al empleo de suplementos dietéticos saborizados de nutrición entera, bajo supervisión de un profesional sanitario, disponibles en diversas texturas (líquido, pudding, textura de yogur líquido etc.), de gran aporte calórico (hipercalóricos) o de proteínas (hiperproteicos).

TRASTORNOS DIGESTIVOS

SEQUEDAD BUCAL O XEROSTOMÍA

Cuando las necesidades de energía y nutrientes del organismo no son cubiertas mediante los alimentos que tomamos aparece la desnutrición. Una de sus manifestaciones más evidentes es la pérdida significativa de peso, debido a un aporte insuficiente de proteínas (carnes, pescados, huevos, leche y derivados…) o de energía (cereales, féculas, legumbres y grasas). También influyen factores individuales como la medicación y factores psicológicos (estado de ánimo), que hacen que se rechacen ciertos alimentos indispensables o que no se coma lo que se tiene que comer.

• Orientaciones dietéticas:

Es frecuente que muchos de nuestros mayores se quejen de sensación de "boca seca", lo que es debido a una disminución de las secreciones digestivas, entre ellas la saliva.

La saliva es un líquido complejo, producto de secreción de las glándulas salivales. Se trata de un fluido incoloro, inodoro, algo espumoso y muy acuoso, que contiene un 99% de agua. Desempeña un papel muy importante en el mantenimiento y protección de los tejidos orales: lubrica y limpia la cavidad oral, posee propiedades antibacterianas, antivirales y antifúngicas, ayuda a la masticación, a la deglución y a la digestión, promueve el gusto y contribuye al mantenimiento y remineralización de los dientes.

Cuando existe una disminución progresiva de la producción de saliva, terminará por aparecer sensación de sequedad bucal. Esto puede ser debido a las propias modificaciones que sufre el organismo durante el proceso de envejecimiento, a ciertas enfermedades, al empleo de fármacos xerogénicos o a una mala hidratación.

ALTERACIÓN DEL GUSTO Y DEL OLFATO

Muchas veces los alimentos saben sosos y la percepción del sabor dulce está disminuida.

Este problema suele ser causa de rechazo de ciertos alimentos o platos, pero normalmente basta con modificar las técnicas culinarias o bien la condimentación:

• Las salsas a veces realzan el gusto de los alimentos, conviene hacer ensayos para saber cual gusta más: bechamel, mayonesa ligera, salsas a base de hortalizas, etc.

• Emplear hierbas aromáticas suaves: tomillo, romero, laurel, hinojo, mejorana.... y evitar las especias fuertes (pimienta).

• Despertar el apetito y el gusto con ayuda del olfato; el aroma del pan recién hecho, un buen zumo de frutas antes de comer, enjuagar la boca con menta…

DISFAGIA (dificultad para tragar sólidos o líquidos)

Se trata de la dificultad o disconfort que la persona tiene al deglutir y que puede afectar a cualquiera de las tres fases de la deglución: oral, faríngea o esofágica. La causa puede ser mecánica o paralítica. La de tipo mecánica es atribuible en primer lugar a resección quirúrgica o alteración de uno o más de los órganos de la deglución debido a un traumatismo, a obstrucción o a cáncer. La causa más común de la disfagia paralítica es un accidente vascular cerebral, que ha lesionado el cortex cerebral o los nervios craneales del tronco cerebral.

Los trastornos de la deglución pueden caracterizarse por debilidad o incoordinación de los músculos de la boca y de la garganta, por déficits de los nervios motores y sensitivos que impiden masticar o deglutir tras una lesión neurológica.

Los síntomas incluyen el babeo, retención de la comida en la boca, tos después de tragar, borboteo y una sensación de “nudo en la garganta”. También existe un mayor riesgo de aspiración y por tanto de neumonía.

Es muy útil que el médico y el dietista valoren la naturaleza del trastorno de la deglución de la persona para proporcionar la consistencia de los alimentos más adecuada.

Recomendaciones dietéticas:

• Los alimentos deben tener un sabor suave y servirse a temperatura ambiente.

• En las personas con poca sensibilidad, deben evitarse los trozos pequeños de alimento, puesto que pueden perderse en la boca y aumentar el riesgo de ahogo.

• En determinados casos, están contraindicados los alimentos con doble textura tales como caldo con fideos o tropezones, gelatina con frutas, carne picada con caldo, fruta en conserva con jugo y cereales con leche. Es preferible seleccionar los alimentos que forman un bolo dentro de la boca o que no se deshacen en partes. Por ejemplo el plátano, puré de patatas, suflés y macarrones con queso.

• Si la persona tiene debilidad muscular, evitar los alimentos que se adhieren al paladar, puesto que causan fatiga.

• Si el exceso de formación mucosa es un problema, evitar los alimentos dulces, los productos lácteos y los zumos, ya que aumentan o espesan la saliva.

• Para compensar la disminución de la producción de saliva, humedecer los alimentos con pequeñas cantidades de líquido (salsas, mayonesa, etc.).

•Cambiar los tipos de alimentos lo más a menudo posible, para evitar una dieta monótona y la posible dependencia frente a determinados alimentos.

• Si la ingestión oral y los suplementos no consiguen cubrir las necesidades calóricas y proteicas, se debe acudir al médico para buscar alternativas más adecuadas.

• Es muy importante que la persona mantenga una buena posición durante las comidas para tener un buen alineamiento del canal alimentario.

- La posición será la siguiente: sentado derecho, con las caderas flexionadas en ángulo de 90º, la espalda recta y los pies planos en el suelo, y debería estar incorporado durante 15 a 30 minutos tanto antes como después de las comidas. Esto disminuye el riesgo de aspiración y de neumonía.

- Si la persona está en cama, elevar la cabecera y colocar almohadas detrás de la cabeza para conseguir la flexión de 90º entre la cadera y el cuello.

• Existen productos especiales espesantes que añadidos a alimentos líquidos y semisólidos, permiten conseguir diferentes texturas (néctar, miel, pudding), tanto en frío como en caliente. Suelen ser de sabor neutro y enriquecidos en varias vitaminas y minerales.

DIFICULTAD PARA MASTICAR

Ante la dificultad para masticar ciertos alimentos, es necesario iniciar una dieta blanda mecánica o de fácil masticación.

Esta dieta está indicada para personas que tienen alguna dificultad "mecánica" para masticar los alimentos debido a la falta de piezas dentales, prótesis inadecuadas…. Se modifica la textura de los alimentos considerados duros (pan, carne, verduras y frutas crudas, quesos duros, frutos secos, etc.) y la de aquellos alimentos concretos con los que la persona tiene problemas.

Modificaciones en la textura de alimentos considerados duros:

• Carnes: Se tomarán picadas (hamburguesas, pilota, albóndigas) o guisadas para ablandar su textura.

• Verduras: Se han de incluir cocidas enteras, chafadas o en puré, en función de la tolerancia individual. Se excluyen de esta dieta las ensaladas y verduras crudas; salvo preparaciones como el gazpacho y el tomate fresco maduro, que preparado sin piel y en ensalada, es una buena fuente de beta caroteno (provitamina A)..

• Frutas y frutos secos: Se pueden tomar enteras bien maduras o chafadas, batidas, en macedonia fina o compota o al horno (manzana)… Se han de evitar los frutos secos. Las frutas secas pueden tomarse rehidratadas, por ejemplo, como ingrediente de una compota..

• Quesos: Evitar los semicurados o curados y los de pasta dura..

• El resto de alimentos se pueden incluir con la textura habitual, aunque siempre se ha de tener en cuenta la tolerancia de cada persona..

Alimentos permitidos:.

• Bebidas: agua, zumos, infusiones, refrescos con gas, batidos lácteos..

• Sopas: sopa de pasta, de sémola, de tapioca, de arroz, de verdura cocida, con pan….

• Dulces: sorbetes, gelatina de frutas, repostería blanda (bollo suizo, bizcocho, magdalenas) y postres comerciales o caseros suaves (natillas, flan, cuajada, yogur, arroz con leche, helado…)..

• Condimentos: sal (si no existe contraindicación), azúcar, mermelada, miel…, especias suaves y hierbas aromáticas..

• Lácteos: leche y yogur, queso fresco, quesos cremosos (gallego, de nata), requesón, cuajada, arroz con leche….

• Alimentos ricos en proteínas: huevo, carne picada o guisada, pescado blanco o azul, jamón york y fiambres (de pollo o pavo, etc.)..

• Cereales: pan de molde y pan tostado o galletas (remojados en la leche), arroz, pasta, patatas, sémola y tapioca..

• Legumbres: lentejas, garbanzos, guisantes, alubias... enteras o en puré, en función de la tolerancia individual..

• Verduras: cocidas enteras o en puré. Crudas, en forma de gazpacho o tomate maduro en ensalada sin piel..

• Frutas: crudas, batidas o enteras muy maduras. Cocidas: asadas al horno, en compota, batidas, en almíbar..

• Grasas de condimentación: aceite, mantequilla o margarina..

Observaciones: Las personas diabéticas deberán sustituir los alimentos preparados (bebidas, repostería y postres azucarados) y condimentos dulces (azúcar, mermelada, miel...) por otros de elaboración casera con edulcorantes que no influyan en los niveles de azúcar en la sangre..

ESTÓMAGO DELICADO

• Realizar la ingesta de líquidos, siempre fuera de las comidas para evitar sobrecargar el estómago durante las principales comidas..

• Evitar alimentos que provocan hinchazón y flatulencia: alcachofas, cebolla y pimiento en crudo, verduras brasicáceas (col, coliflor), legumbres cocidas enteras, carnes cocinadas dos veces (estofados y guisos), embutidos grasos (chorizo, salchichón, salami, etc.), patés y foie gras..

• Incluir en la dieta:.

- Arroz, sémola, tapioca, pasta, patata hervida..

- Verduras cocidas o en puré, según tolerancia individual..

- Frutas sin piel maduras o cocidas o al horno..

- Carnes magras..

- Pescado blanco..

- Huevo pasado por agua, escalfado y en tortilla con poca grasa, no huevo duro..

- Caldos desgrasados, zumos no ácidos, infusiones suaves (manzanilla, menta-poleo, hierba luisa, melisa, etc.)..

- Grasas de condimento: aceite de oliva especialmente en frituras y aliños y de semillas (girasol, maíz, soja). La margarina o la mantequilla en crudo se digieren mejor..

- Masticar bien cada bocado para que la saliva y los jugos digestivos actúen fácilmente sobre los alimentos..

FLATULENCIA

La flatulencia se puede prevenir o aliviar mediante una alimentación adecuada y mejorando la digestibilidad de los alimentos que se consideran flatulentos mediante la técnica culinaria y la condimentación más apropiadas..

Se trata de un exceso de gases en el intestino que causa espasmos intestinales y distensión abdominal (se hincha el abdomen). El gas del intestino procede del que se ingiere al tragar o deglutir y del que producen normalmente las bacterias de la flora intestinal.

Algunos consejos prácticos...

• Se recomienda masticar bien los alimentos, comer y beber despacio.

• No realizar comidas demasiado copiosas o de condimentación fuerte. Emplear hierbas aromáticas que ayudan a la digestión: romero, salvia, tomillo, hinojo, toronjil, alcarevea...

• Evitar los alimentos o platos muy grasos: fritos y rebozados mal elaborados (con exceso de aceite), guisos y estofados grasos, salsas con exceso de grasa (nata, mantequilla, manteca, bacon, quesos fuertes…), pastelería y bollería grasas (hojaldre, masa quebrada, con mantequilla, cremas de nata, moka, chocolate, etc.).

• Cocer bien la pasta para que no de lugar a molestias digestivas y procurar evitar el pan recién horneado tipo baguette, las verduras flatulentas, así como las legumbres cocinadas enteras con ingredientes grasos de origen animal (mejor tomarlas sólo con verduras y arroz o patata). Un remojo prolongado (mayor de 8 horas) y romper el hervor a mitad de cocción, disminuye la posibilidad de que las legumbres causen flatulencia. Si aún así sientan mal, probar a pasarlas por el chino o el pasapurés.

• El yogur contiene bacterias que ayudan a equilibrar la flora del intestino por lo que están especialmente recomendados.

• Sustituir el café, el descafeinado y el té por infusiones de menta, anís, salvia o de hinojo o bien añadir unos granos de anís verde, hinojo o comino a una infusión de manzanilla, ya que ayudan a la digestión, y de hierbabuena, que relaja los músculos del colon (intestino grueso), lo que ayuda a aliviar la molestia del exceso de gases.

• No se deben realizar cambios bruscos en la dieta en cuanto a su contenido en fibra, ya que pueden crear más gases y dolores intestinales, incluso diarreas.

ESTREÑIMIENTO

Se trata de un cuadro caracterizado por una reducción en el número y peso normal de las deposiciones que con frecuencia se asocia a un endurecimiento de la textura de las heces. La defecación debe ser indolora, no requerir esfuerzo excesivo y ser completa. En ocasiones se acompaña de calambres abdominales, flatulencia, dolor de cabeza, irritabilidad y falta de apetito.

Recomendaciones dietéticas:

• Aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra: todos los vegetales.

• Beber abundante cantidad de líquidos (mínimo 5 vasos al día de agua o infusiones o caldos desgrasados…).

• Tomar los alimentos o muy fríos o calientes para estimular el movimiento intestinal.

• Cocer bien la pasta para que no de lugar a molestias digestivas y procurar evitar el pan recién horneado tipo baguette, las verduras flatulentas, así como las legumbres cocinadas enteras con ingredientes grasos de origen animal (mejor tomarlas sólo con verduras y arroz o patata). Un remojo prolongado (mayor de 8 horas) y romper el hervor a mitad de cocción, disminuye la posibilidad de que las legumbres causen flatulencia. Si aún así sientan mal, probar a pasarlas por el chino o el pasapurés.

• Prescindir de alimentos ricos en taninos (astringentes): manzana, membrillo, vino tinto, té, etc.

• Probar los siguientes consejos:

- Tomar kiwi o café sólo o zumo de naranja o ciruelas o frutas secas rehidratadas o un vaso de agua tibia en ayunas

- Comer compota de manzana y ciruelas pasas.